Mientras pensaba sobre lo que iba a escribir en esta entrada, ha venido a mi mente un viejo podcast que oí hace tiempo. Publicado en La Biblioteca de Trantor, un podcast sobre fantasía y ciencia ficción en el que Felix @M4ugan hablaba sobre por qué jugamos a videojuegos. Me gustan mucho los podcast que hace y al final terminaba con una frase «No soy inmortal pero he vivido muchas vidas. Hemos dirigido ejércitos y conquistado mundos. Nosotros sí podemos decir que hemos vivido»
Así que retomando las ideas y conceptos sobre las que hablaba en el podcast, yo me pregunto ¿por qué jugamos? A punto de cumplir 37 años, cuando tendría que ser un adulto responsable… ¿por qué sigo jugando? Qué me hace seguir perdiendo el tiempo, jugando a videojuegos, a rol, a juegos de mesa o leyendo comics y libros de fantasía y ciencia ficción. Para muchos, todo lo anterior es simplemente una fase para otros muchos es algo que nos acompaña toda la vida.
Hay quien puede que me mire raro por emocionarme cuando hablo de una partida de rol, por hablar con pasión de una batalla de wargame en la que viví un momento épico o de un juego de ordenador que me hizo desparramar adrenalina. Hay quien dirá que todas esas experiencias no son reales y es verdad… no existen los dragones y nunca he pilotado un X-wing ni he pertenecido al clan Grulla, pero lo que he sentido en esas partidas lo sigo recordando con la misma fuerza que la primera vez. Puede que fuera Calderón de la Barca quien mejor lo reflejara en La vida es sueño cuando dijo: ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Fue mi padre el primer responsable de mi doble vida, el primero que me dio una moneda para jugar a una recreativa cuando era un niño. Fueron mis padres los que me regalaron mis primeros comics de Mortadelo y Filemón, los que me regalaron mi primer ordenador Amstrad CPC 6128 de disco, los que por primera vez me acompañaron a comprar mi primer videojuego por Navidad. A ellos les debo que hoy siga jugando a cosas, por mucho que siempre hablen de mis «muñequitos» y mi padre siempre me diga que si con todos los que he matado en el ordenador todavía puede seguir alguien vivo. Son ellos los que sin querer implantaron el germen en mi interior del amor por los juegos y la lectura. Porque si con la lectura y los cómics soñabamos con las historias que nos contaban, con los juegos podíamos vivir esas historias siendo nosotros los protagonistas y compartirlas con amigos.
@M4ugan en su podcast decía «Aun recuerdo la primera vez que piloté un F4…» Yo también lo recuerdo, el Army Moves mi primer videojuego, mis intentos de rescatar prisioneros en el Green Beret, ponerme en la piel de un ninja en Nueva York en The last Ninja 2, La emoción de ganar y cortar una cabeza en el Barbarian, la primera vez que piloté con un EF2000 y me enfrenté a tropas rusas. Recuerdo el acercarme a un destructor imperial en mi X-wing y pensar que tenía que destruir su generador de escudos como había visto en El retorno del Jedi, ya no era un espectador, ahora era yo el piloto. El asustarme y sentir como palpitaba mi corazón en el primer Doom al ver los monstruos aparecer en un pasillo oscuro y la adrenalina al disparar mi escopeta recortada a bocajarro. Mis peleas por conseguir que mi ciudad del Sim City 2000 creciera o la primera vez que aniquilé una civilización en el Civilization. A través de internet me he enfrentado a dragones, gigantes y hordas de enemigos en World of Warcraft simplemente armado con mi bastón de mago y la confianza en mis compañeros de guild, he formado parte de grupos de operaciones especiales antiterroristas como un miembro del grupo Rainbow Six y he defendido paises de la insvasión rusa siendo un comando de Operation Flashpoint
Pero la vida no solo se vive a través de la pantalla de un ordenador, según fui creciendo y conociendo a los que hoy son los Grumpies mi visión se fue ampliando y nuevas experiencias llegaron a mi vida. Morí como humano en un «abrazo» en Vampiro, aterricé en nuevos planetas en Fading Suns, caminé por las calles de Ryoko Owary donde me batí en duelo en Leyenda de los cinco anillos, defendí una ciudad asediada por orcos en Dungeons & Dragons, perdí mi cordura al ver un profundo en La llamada de Cthulhu y sentí la traición de un compañero en Warhammer RPG… Experiencias vividas alrededor de una mesa como jugador y como master les hice vivir experiencias a mis jugadores cuando mi mente fue la entrada a esos mundos.
He sentido el terror de notar como se encasquilla un arma mientras un genestealer avanza hacía mi en Space Hulk, la emoción de descubrir un tesoro y la sorpresa de que sea una trampa en el Heroquest, la infinita rabia por la muerte de tu mejor jugador en la jugada más tonta del Blood Bowl. Me he sentido impotente al ser arrasado por un ejercito elfo y he sentido la perdida de mis hombres en Warhammer, me he sentido pletórico al hundir un dreadnought japonés con mis buques rusos en Dystopian Wars, he traicionado vilmente a mis amigos y me he sentido orgulloso en el Republic of Rome, he sobrevivido con mi coche a una curva imposible en el Formula D y he asaltado Megacorporaciones para robar sus secretos en Netrunner.
Puede que después de leer todo esto pienses que estoy un poco mal de la cabeza y seguramente algo de razón no te falta, pero si has llegado hasta aquí estoy seguro que tu también me podrías decir «Yo he visto cosas que vosotros jamas creeríais…» y con una sonrisa me relatarías todo lo que has vivido y veríamos todas las vidas que sin saberlo hemos llegado a compartir. Y es por eso por lo que jugamos, porque a través de los juegos podemos decir que hemos vivido.
Espero que este post os haya gustado y que cuando alguien te mire mal por jugar, puedas decirle… que has vivido. Si tienes cualquier cosa que decirnos, si te ha gustado, si piensas que estoy para que me encierren o si crees que he fusilado vilmente un podcast del 2011… será un placer escucharte.
Y Felix @M4ugan, tú que eres quien me ha inspirado a escribir esto y el verdadero autor de esta entrada… si lo lees, por favor, no te sientas molesto por «copiarte» el episodio pues simplemente he querido hacer un pequeño homenaje al tuyo de hace años y explicar por qué juega un Grumpie.
soy fan de la saga Assassins creed y a mi me gusta decir que he visitado la toscana, corrido por los pasillos del vaticano y surcado los mares del caribe en un barco pirata.
Mi mujer me llama loco… y qué?
Te aseguró que me he emocionado… Me ha saltado un lágrima y todo, recordando todos los buenos momentos que he pasado jugando con mis amigos a tantos y tantos juegos…
Grange, desde Ryoko Owari hasta Aguasprofundas, de los corredores de la Estrella de la Muerte a las playas de Normandía en el Día D. He dado tantas vueltas al mundo como un millonario gracias a vosotros y a la afición que compartimos, gracias.
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