Esta semana me a tocado viaje de trabajo y en la soledad de la noche me ha asaltado la pena. La pena por la segunda despedida de un juego al que los últimos años le he dado mucho. Fantasy Flight Games ha anunciado que las negociaciones con Wizards of the Coast no han llegado a buen puerto y cancelan Android Netrunner. Así que hoy aprovecharemos para hablar un poco de Netrunner y darle un sentido homenaje.

Netrunner es uno de esos juegos que han tenido una segunda oportunidad. En el año 1996 en medio de la locura de los CCG Richard Garfield creó Netrunner, su obra maestra junto a Roborally y Vampire the Eternal Struggle. Wizards of the Coast solamente llego a publicar una expansión y se han conseguido los archivos de la segunda. El juego estuvo vivo algo más de seis meses, tiempo más que suficiente para ganarse un lugar en el corazoncito de los aficionados gracias a sus mecánicas innovadoras. La segunda oportunidad le llego en 2012 cuando FFG anunció que había licenciado el motor del juego y iba a implementarlo en Android, su propio universo cyberpunk. Esta vez Netrunner ha aguantado un poco más; dos juegos básicos, ocho ciclos de seis miniexpansiones, cinco expansiones deluxe y una campaña narrativa. Netrunner es un raro ejemplo de como un juego puede resucitar de sus cenizas. Los compases iniciales de su vida como LCG fueron superalentadores, todo sonrisas y un crecimiento continuo que hizo replantearse junto a X-Wing la forma de acercarse al juego organizado. Por desgracia el problema inherente del formato LCG conocido como coste de entrada y un par de ciclos de diseño cuestionable alejaron a buena parte de la comunidad. Y cuando ya se le veían las orejas al lobo llego un nuevo diseñador jefe que gracias a ajustes en las legalidades, la rotación planteada para reducir el coste de entrada al juego y un muy buen ciclo de expansiones  parecía que iba a enderezar el rumbo. Por desgracia esa ilusión a durado poco y cuando en breve salga a la venta la nueva expansión deluxe el juego volverá a morir.

Netrunner es un juego de cartas coleccionables en cualquiera de sus dos encarnaciones con un juego asimétrico. Uno de los jugadores encarna a una “malvada” corporación que deberá salvaguardar sus planes de dominación mundial del otro jugador que se encargará de jugar como runner. Un hacker cuyo cometido será hacerse con dichos planes.  En las partidas se jugarán dos vueltas cambiando los roles.

El juego de la corporación es el del engaño. Todas las cartas que juegue la corporación se juegan boca abajo y a menos que la corporación decida darles la vuelta y ponerlas en juego el runner no sabrá a que se enfrenta hasta que sea demasiado tarde. Para ganar la corporación deberá puntuar siete puntos de Agenda. Para ello deberá crear servidores o columnas de cartas en los que en la base habrá Planes, recursos o trampas. Para proteger estos servidores de las incursiones del runner deberá jugar Hielos con los que intentar parar el avance. Pero no solo deberá proteger estos servidores, la baraja, la mano y el descarte también son objetivos potenciales para realizar incursiones y robar planes.

Por su parte el Runner juega con todo al descubierto. Ya sean programas para enfrentarse a los Hielos del rival durante las incursiones, recursos o hardware para mejorar su estrategia de cara a robar siete puntos dde Plan y ganar la partida. La única información a salvo del rival será el contenido de su mano.

A diferencia de otros juegos donde cada turno hay la posibilidad de robar una carta del tipo recurso, ¿os suenan los manas?, el principal recurso del juego es el click o acción. Tanto la corporación como el runner pueden invertir estos clicks de formas similares, ganar dinero, cartas, jugar cartas y en el caso del runner realizar incursiones. Esto transforma el juego en un juego sobre economía, por regla general quien mejor consiga optimizar la utilización de sus acciones tendrá la mano ganadora. La cororación solamente podrá utilizar tres click cada turno pero robará una carta al principio del turno, mientras que el runner dispondrá de cuatro de estos clicks.

Netrunner es posiblemente uno de los juegos de cartas más cerebrales que he visto. Los inicios y finales de partida suelen favorecer al runner mientras que el midgame suele ir a favor de los intereses de la corporación. Como conseguir alargar o acortar las fases iniciales del juego, como quedarse en el midgame o como pasar del early game al late game saltándose la parte intermedia de la partida es uno de los puzzles más interesantes que tiene Netrunner.

Netrunner es uno de los mejores juegos, de cartas, muñecos o lo que sea, que me he encontrado en mi vida. Es cierto que en un momento el juego me hecho, pero tiene más que ver con mi preferencia de juego amistoso antes el competitivo plagado de las mismas barajas una ronda tras otra y algunas decisiones en diseño que favorecieron las barajas de tipo cerrojo contra las que no me divertía jugando con o contra ellas. Así que solo me queda recomendaros una cosa, comprad Netrunner y tendréis un fantástico juego cerrado de por vida al que jugar con vuestros amigos y ahora seguro que encontráis buenos tratos en grupos de segunda mano de gente que se deshaga del juego al no haber soporte competitivo.