No me voy a ir con rodeos, Los Druidas es lo mejor que me he leído en lo que va de año de lejos. Ala ya me lo he sacado de dentro y podemos seguir. Hoy toca hablar del primer ciclo de Los Druidas de Jean-Luc Istin,  Thierry Jigourel y Jacques Lamontagne,publicado en España por Yermo Ediciones y originalmente por Soleil Editions. Y no voy a engañaros algo muy gordo tiene que salir al mercado para que en unos meses no le otorgue el Grumpy de ORO.

La historia, a cargo de los dos primeros nombres del párrafo anterior, arranca mejor imposible. La religión druídica esta siendo arrasada por el todopoderoso cristianismo, cuando en un convento de la costa de Armórica, donde está la aldea de Asterix, aparece el cadaver de un monje. Todo parece indicar que el monje ha sido asesinado a manos de perdidos druidas, pero el abad decide llamar a un antiguo amigo para ayudar a resolver el misterio. El amigo no es otro que Gwench’lan que con la ayuda de su aprendiz se pondrán manos a la obra para intentar desvelar la identidad del asesino. A partir de ese momento nos sumergiremos en un mar de intrigas y aventuras perfectamente hiladas.

Y si creo que la historia es apasionante he de deciros que lo que me intereso de buen principio es su dibujo. En concreto la portada del primer integral, que se corresponde a la del primer álbum francés. Esa figura misterios y encapuchada que me llamaba y decía quiero irme contigo a casa cada vez que la veía en la librería y eso sin hablar de la portada del segundo integral que le quita el hipo a cualquiera. El interior no me decepciono, creo que en algún momento flojea, pero en lineas generales es un muy trabajo que hace que la obra sea redonda. Cuando le toca ser luminoso y esperanzador, no echas veces, las páginas irradian una belleza especial; a la vez que cuando nos han de transmitir mal rollo o tensión la oscuridad y decrepitud hacen su aparición.

En fin, que ya estáis tardando en ir a comprar los dos volúmenes que hay publicados hasta la fecha en castellano y así no seré el único que se muerda las uñas a la espera de la continuación de las aventuras de Gwench’lan. No quiero despedirme sin dedicarle mis felicitaciones al director de contenidos de Yermo Ediciones por el fantástico trabajo que está haciendo en sus selecciones.