
Es la primera vez que me pongo delante de una banda de samurais para pintarla, y el juego Ronin tiene la «culpa».
En la misma tienda, cuando Geek Grumpy la compro la caja le dijo al tendero no me la des a mi dásela al que tengo a mi lado que me la pintará.
Me pasaron muchas ideas por la cabeza en ese momento, pero con la que me quedé fue: lleva muchos años sin jugar a un juego de miniaturas, si se los pinto ya no tendrá escusa para quedar y pasar un buen rato todos juntos… y mi respuesta fue sí.
Me miro con los ojos como platos.