Gracias a la publicación en Facebook de un buen amigo, indicando los videojuegos que más le han marcado, me inspiró a hacer este post. Los 10 videojuegos con los que mejor me lo pasé en la juventud y que más me marcaron. Lógicamente, no están todos, y cuando he estado preparando en la lista, siempre salían más que deberían estar aquí pero que por no eternizar, no han tenido cabida en este post.
Terra Cresta: Arcade y Spectrum+ 48kb., 1985.
Era yo muy joven cuando mi padre jugaba a los dardos y una vez al mes, íbamos toda la familia a pasar la tarde en un bar en el barrio de El Carmelo de Barcelona, donde cenábamos bikinis mientras el jugaba a dardos con sus amigos y compañeros de trabajo. En el bar solía haber una recreativa, donde descubrí el Space Invaders, Pacman y el gran Terra Cresta, un shoot’em up de scroll vertical, al estilo de los 1984 o TwinBee, pero futurista, y con la peculiaridad de que cada cierto tiempo, habían unos “hangares”, en los que si disparabas aparecían piezas que mejoraban tu nave, la hacían más grande y disparaba con más potencia. Al darle a los dos botones (disparo y bombas), las piezas se separaban durante unos segundos, dando unas posibilidades de disparo que limpiaban la pantalla, y si tenías las 5 piezas de la nave, ésta se convertía durante unos segundos en un Ave Fénix concediéndole invulnerabilidad durante el tiempo que estuviese transformada. En mi Spectrum, logré darle la vuelta al planeta, donde volvías a empezar con más dificultad.
Batman the Movie: Spectrum+ 48kb., 1989.
Como lector de comics y fan de los superheroes desde que cayó en mis manos el nº 4 de la Patrulla-X de Forum (Días del Futuro Pasado), siempre que aparecía un videojuego de superhéroes, tenía que probarlo. Así que cuando en mi revista habitual (Microhobby), anunciaron la salida del juego basado en la película de Tim Burton, me puse a ahorrar una parte de mi pequeña asignación semanal para poder comprarlo. En una gran caja de cartón negra, con el logotipo en dorado, el juego era mágico, con una buena variedad de fases, plataformas, conducción con el Batmóvil y el Batplano, y puzzles cuando tenías que mezclar productos cosméticos para averiguar la fórmula utilizada por el Joker para hacer su gas de la risa. Que los gráficos fuesen sólo azul, amarillo y negro, era lo de menos. Pasaron muchas tardes hasta que lo terminé al lado de mi bocadillo de Nocilla.
Michael Jackson’s Moonwalker, Sega Master System, 1991.
Uno de mis tíos, tenía en casa una Master System, la 8 bits de Sega, a la que cuando podía ir de visita jugaba al Choplifter o al Super Hang On, y cuando conseguimos una en casa, me pasaba los días con Alex Kidd in Miracle World y el Sonic 1, juegos que me terminaba en 45 minutos (para mi eso era un speed run en la época), pero uno de mis preferidos, siempre fue Moonwalker. Ya de pequeño me gustaba la música del Rey del Pop, y cada vez que estrenaban uno de sus videoclips, era un espectáculo mundial, y poder jugar con él, con el traje blanco, dando patadas y lanzando el sombrero para acabar con los criminales y liberar a los niños secuestrados, mientras se escuchaba Smooth Criminal en chiptune, me dejaba totalmente flipado. También tuve la versión de Spectrum, pero eran juegos completamente diferentes.
Joe & Mac Caveman Ninja, Arcade 1991.
¿Hay algo que guste más a un niño que los dinosaurios? Al menos en los 90, no. Y aunque no era el único juego que nos transportaba varios millones de años en el pasado, éste era uno de los más divertidos, con unos gráficos muy vistosos y divertidos para la época, posibilidad de jugar a dobles, enemigos finales de un buen tamaño y poder liberar a las féminas de la tribu que habían sido secuestradas. Con una buena variedad de armas, que podían ser potenciadas si no se soltaba el botón de ataque durante unos segundos, pero sin pasarse, que el personaje podía cansarse y quedaba vulnerable durante unos segundos. No se cuantas veces me lo terminé, pero la rentabilidad que se le sacaba a 5 duros cuando te conocías el juego, era bastante grande.
Street Fighter II, Arcade 1991 y Super Nintendo 1992.
No ha habido juego en la vida en el que me haya dejado más dinero, ni habiendo pagado 9 años de cuotas mensuales al World of Warcraft. Tardes enteras de bar en bar, de recreativo en recreativo, buscando rivales a los que retar a unos combates, ya fuese a versiones oficiales o a bootlegs en los que de un Sho Ryu Ken se llenaba la pantalla de bolas de fuego, daba igual. El motivo por el que ahorré para comprarme la primera consola que pude pagar, la Super Nintendo, ya que la Master System fue un regalo de navidades. Aún me acuerdo de el truco para poder jugar con los trajes alternativos, y mi consola sigue funcionando y de vez en cuando sigo con ganas te agarrar el mando y darle unas tortas a M.Bison y compañía. El principio de mi afición a los juegos de lucha. Y teniendo la Super Nintendo, no podemos olvidar a…
Super Mario World, Super Nintendo, 1992.
Ya había jugado a Super Mario Bros 1 y 3 en casa de un amigo del colegio, pero la mejora gráfica del “Cerebro de la Bestia”, el extenso mapa con sus 96 pantallas (de las que yo saqué 97), y la inclusión de los Yoshis y la capa para poder volar, hacían de este juego, el mejor plataformas de la época. Sigue gustándome más que los nuevos “New SMB”. La posibilidad de salvar 3 partidas era una gran opción, ya que teníamos una partida para mi hermano mediano, otra para mi, y una tercera para cuando jugábamos a dobles. Y me encantaba que al ir montado en Yoshi la música cambiase, o que al terminar el juego si volvías a jugarlo las tortugas en vez de llevar caparazones, llevasen máscaras.
Super Star Wars, Super Nintendo, 1993.
Habiendo nacido en 1977, es normal que me guste Star Wars. Recuerdo cuando había un cine en el barrio, antes de que existiesen los multicines, Una Nueva Esperanza fue la primera película que vi en la gran pantalla. Como en el anterior juego de Batman, este Super Star Wars tenía fases muy diferenciadas, de conducción cuando ibas a buscar a R2-D2 o cuando ibas de la granja de los Lars a Mos Eisley, de plataformas en las que podías elegir a Luke, Han o Chewbacca, y la final en la que pilotabas el X-Wing para destruir la Estrella de la Muerte. Pura adrenalina que fue acompañada tiempo más tarde con los respectivos Super Empire Strikes Back y Super Return of the Jedi, completando una trilogía imprescindible en la estantería de todo jugón fan de la saga.
Doom, PC 1993.
Otro juego con el que pasé años, literalmente. Desde ser el primer juego que instalé en mi Pentium, a años más tarde instalarlo en todos los ordenadores del aula donde hacía un Máster de programación y jugar con los demás estudiantes mientras el profesor explicaba cosas que algunos ya sabíamos… Recuerdo una vez que se nos conectó alguien desconocido, y al final descubrimos que era el director del centro, y nos lo pasamos de miedo… Claro que luego tuvimos que desinstalarlo y estudiar con un poco más de ahínco, pero valió la pena… Y aprendimos a ponerlo con contraseña para no tener más sorpresas, jeje.
Windjammers, Recreativa y Neo Geo, 1994.
La evolución del Pong… En serio, cambiad las barras verticales por dos deportistas en bañador, la bolita por un disco al que se le pueden dar efectos, pon obstáculos en la zona central, diferentes zonas de puntuación y tiros especiales… Y adicción en estado puro… Una pura locura quemadora de adrenalina, en la cual una partida podía durar menos de 5 minutos, pero que podía tenerte enganchado tardes enteras jugando rotando con los colegas. Tiene delito que éste sea uno de los juegos que más me marcó de la época de Neo Geo, teniendo juegazos como Art of Fighting 2, Fatal Fury Special, World Heroes Jet, The Last Blade o los primeros King of Fighters.
Goldeneye 007, Nintendo 64, 1997.
Ya en la época en la que estaba en el instituto, y con otras aficiones, como los juegos de rol con los que empezaba (El Señor de los Anillos de Joc Internacional, por ejemplo), se cruzó en mi vida un local donde alquilaban videojuegos de todas las consolas del momento, llamado Kira, cerca del instituto y de la zona donde me sigo moviendo con los Grumpies, donde muchas tardes, al salid del instituto y antes de ir a casa, me pasaba por ahí, ya que tenían consolas para jugar por 100 pesetas, 15 minutos creo recordar, y el llegar ahí, sacar tu moneda, y decir “Quien se apunta a un Goldeneye”, juntarme con otros 3 clientes, ya fuese conocidos o no, y pasarnos un buen rato pegando tiros, vale que el juego tenía unos polígonos enormes, pero era muy entretenido, con muchos personajes a elegir, una buena cantidad de armas, sitios donde esconderse, y el estar detrás de una puerta y morir sin saber por qué, por que desde la otra punta del pasillo, alguien ha disparado con la Mágnum y ha atravesado la puerta matándote de un tiro… Una sensación de pique casi sólo superada por Mario Kart 64.
Bueno, espero que este pequeño recuerdo no os haya parecido aburrido, y animo a los demás grumpies a darnos sus sensaciones sobre qué disfrutaron en su juventud, ya sea en videojuegos o en otros medios, así como os animo a vosotros, apreciados lectores, a contarnos vuestras historias. Me he dejado muchos, muchos juegos que podrían perfectamente haber tenido cabida en este post, pero es que son tantos juegos a los que alguna vez he contado como uno de los más queridos… Freddy Hardest, Fernando Martin Básquet Master, Navy Moves o Dustin en Spectrum+, Sonic 1 y 2 de Master System, Altered Beast, King of Dragons o Gauntlet Legends en recreativa, Striker 2 o Master of Magic en pc… Tantos y tantos juegos… No descarto dentro de un tiempo hacer un segundo post como el de hoy, el tiempo dirá.
Has hecho que retrocediera en el tiempo por unos instantes y arrancarme una sonrisa, te cojo la palabra y haré un post con los videojuegos que marcaron mi infancia también .
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