El domingo se estrenó la nueva serie de la HBO: Silicon Valley. Personalmente, tenía muchas ganas de ver el piloto de este nuevo show creado por Mike Judge (Trabajo basura, Beavis and Butthead) y conocer su peculiar visión sobre la cuna de la tecnología mundial.

Esta nueva serie pretende ser una parodia sobre cómo se vive la vida allá por sur de San Francisco, en Silicon Valley, el que no tiene una empresa puntera está haciendo lo posible por crearla. En este caso el protagonista, Richard, ha desarrollado una web que permite a los músicos comparar sus nuevas composiciones con música antigua para comprobar si está infringiendo algún derecho de autor. Pero la cosa no acaba ahí, este genio informático ha creado de rebote un sistema de compresión de archivos revolucionario y cuando dos de los más influyentes magnates y gurús del mundillo se enteran de ello empiezan una guerra por conseguir el software de Richard.

El primer aviso que debo daros por si no habéis visto ninguna comedia de la HBO es que esto no es The Big Bang Theory, ni tampoco The IT crowd, pero tampoco lo busca. Es una serie pausada, con un ritmo más cercano a los inicios de Bored to death o Episodes que al ya nombrado programa de Chuck Lorre. Y lejos de ser malo es un acierto, ya que marca la diferencia con el resto de shows de temática similar.

El piloto de Silicon Valley es correcto, quizás he sido víctima del hype (otra vez), pero no me ha maravillado cómo esperaba. Si bien es cierto que me encantó cómo se ríe del mundo de las compañías tecnológicas y de sus eslóganes (todas quieren hacer del mundo un lugar mejor, acercar a la gente, humanizar la red, etc.) sus personajes me han parecido pobres y muy estereotipados. También es verdad que sólo estoy analizando el primer capítulo y que en los treinta minutos que dura es difícil profundizar en la psique de los protagonistas.

Huelga decir que probablemente no sea una serie para todos los gustos, los que aprecian los giros de palabras y las frases ingeniosas más propias de Beatriz y Benedicto (Mucho ruido y pocas nueces) que de científicos reputados se va a dormir a los 5 minutos de haber empezado. Por otra parte, los que aborrezcan el mundo de las nuevas tecnologías pueden quedar un poco desquiciados con tanta referencia y vocabulario del gremio.

Pese a todo, la serie de Mike Judge se ha ganado un voto de confianza y un espacio en mi singular parrilla para la próxima semana, más por lo prometido que por lo ofrecido, más por el debe que por el haber. Yo os recomiendo que también le deis una oportunidad y comentéis vuestras sensaciones sobre Silicon Valley con nosotros.