A la Grumpiemesa suelen llegar muy pocos Eurogames, y muy de vez en cuando la família se expande. Los sospechoso habituales suelen ser el Caylus o el Alta Tensión y hoy vengo a hablaros del segundo. Así que si os va bien nos ponemos el traje Armani y a construir un imperio.

Porque de construir imperios es de lo que trata Alta Tensión. En este juego, ganador de varios premios, diseñado por Friedmann Friese cada jugador será responsable de una compañía eléctrica y deberá abastecer de energía la mayor cantidad de ciudades que pueda. Para conseguirlo, cada turno los jugadores podrán comprar centrales eléctricas, materiales o expandir su red por diversas ciudades. Alta Tensión es uno de esos juegos que sobre el papel parece bastante complicado pero una vez te pones a jugar es bastante sencillo.

Durante la primera fase de cada turno los jugadores realizarán pujas para comprar centrales eléctricas. Estas centrales nos indican qué material necesitan para funcionar: carbón, petróleo, basura, uranio; o, si no lo necesitan, porque son centrales eólicas. También nos indican la puja mínima que se debe realizar para comprarla o a cuántas ciudades puede iluminar. Esto último es muy importante pues aunque no podamos poseer más de tres centrales, para ganar la partida deberemos abastecer 16 o más ciudades. Solo es obligatorio comprar una central en el primer turno. El primero en escoger central a pujar es el jugador con más ciudades conectadas a su red y si eres el último en pujar podrás pagar el mínimo. Solo se puede comprar una central cada turno. En el mercado siempre habrá 8 centrales: 4 que se pueden comprar, las de valor más bajo, y 4, las de mayor valor, que no se podrán comprar.

Una vez hemos comprado centrales eléctricas es el turno de comprar recursos, en este caso el primer jugador será el que menos ciudades tenga conectadas en su red. Los recursos tienen un precio variable en función de las que queden a la venta. El carbón es muy barato pero si todos los jugadores tienen centrales que se alimentan con carbón deberemos vender un riñón para poder comprar una unidad, mientras que si somos los únicos que jugamos con basuras de precio inicial, elevado al final de la partida, nos saldrá relativamente barato comprarla. Las centrales podrán tener un stock igual a lo que necesitan para producir, con ello siempre es una buena táctica comprar por encima de lo que necesitaremos en el turno para encarecer el producto a los rivales. Al final de cada turno se rellenarán una cantidad determinada de recursos en función de la etapa del juego en que estemos.

Una vez tengamos los materiales, otra vez de último jugador a primer jugador, deberemos ampliar nuestra red. Cada turno podremos poner tantas casas como seamos capaces, siempre y cuando paguemos el coste por casa, 10/15/20 créditos, y el coste de conexión. Entre cada ciudad hay un numerito, ese es el coste de conexión. En la etapa 1 del juego, hasta que un jugador tenga 7 casas, solo podrá haber una casa por ciudad; en la segunda podrá haber 2, nunca del mismo jugador, y en la tercera de ahí el coste variable de construcción. Hay una carta mezclada con las de las centrales que indica cuándo empieza esta última fase.

Por último, cada jugador deberá anunciar a cuántas ciudades da luz, se cobrará el dinero pertinente, se repondrán los materiales y si alguien ha conectado suficientes ciudades como para terminar la partida se verá quien gana.

Alta Tension o Power Grid es un juego de mecánicas simples y llenas de elecciones. No es el juego más trepidante del mercado, pero la tensión va en aumento y a medida que avanza la partida la gente empezará a esconder sus pilas de dinero y a confabular para que el primer jugador no pueda abastecer sus centrales. Cada crédito cuenta a la hora de montar un imperio, así que por más tentador que sea no pongáis un gritón de créditos sobre la mesa para comprar una central a menos que sea muy necesario.