Si hace unos días os hablaba de lo difícil que es salirse airoso del legado de otros autores, creo que hay algo aún más complicado, tu propio legado. Las pasadas Navidades me descargué Thimbleweed Park para el Ipad, una nueva aventura gráfica de Ron Gilbert. Financiada a través de Kickstarter y disponible en casi todas las plataformas actuales que os podáis imaginar. Sólo me queda deciros, Bienvenidos a Thimbleweed Park.
Como os decía un poco más arriba este juego lo firman Ron Gilbert y Gary Winnick, padres también de Maniac Mansion y The Secret of Monkey Island. Lo que significa creadores de uno de esos géneros de capa caída conocido como Aventuras Gráficas o Point-n-Click. Thimbleweed Park no es una secuela espiritual de los otros dos juegos mencionados sino que es más bien un juego que los acompaña, mismas mecánicas, diseño gráfico similar al primero pero hecho en la actualidad. Vamos un ejercicio de nostalgia destinado sin duda alguna a aquellos que nos iniciamos en el mundo de los juegos con sus anteriores obras.
La historia empieza con un asesinato y la llegada de dos agentes de la ley a un pueblo creado a imagen y semejanza de Twiin Peaks. Poco a poco se unirán a nosotros más personajes jugables como un payaso caído en desgracia, un fantasma o una programadora de aventuras gráficas. Con este punto de partida deberemos desentrañar los misterios del pueblo.
Tanto a nivel gráfico como jugable volvemos unos cuantos años atrás en el tiempo. El arte es una carta de amor al píxel. No tiene la preciosidad gráfica de juegos como Fez pero se encarga de recordarnos que no necesitamos texturas en HD ni mil polígonos para disfrutar de un juego. La mecánica si has jugado otras aventuras del estilo no te sorprenderá. Disponemos de una serie de verbos que nos permitirán interactuar con nuestro entorno para ir resolviendo los puzzles que nos plantea el juego. Por suerte la gran mayoría de los puzzles tienen lógica, aunque para resolverlos tengas que recurrir a ayuda para encontrar ese objeto que has pasado por alto. Pero os mentiría si no os dijese que a partir del último tercio la lógica es tan rebuscada que busqué la solución a más de uno de los puzzles.
La historia en mi opinión es más que correcta, aunque el giro final empieza a verse demasiado pronto. Como en otros juegos de los autores el humor es una parte indisoluble del mismo. En este caso además el juego está plagado de referencias a sus otros juegos o al auge y declive de las aventuras Point & Click que nos sacarán más de una y de dos sonrisas.
Thimbleweed Park es una muy buena aventura gráfica, que posiblemente disfrutarás si te gusta el género pero que aporta poco o nada nuevo al mismo.