Es muy, muy, muy difícil que una serie me llegue a emocionar. Es casi imposible que eso me ocurra con una serie de ciencia ficción. Porque, en cuanto a ciencia ficción, hay series malas, series que me encantan (Farscape, Almacén 13), series que me flipan (The Expanse)… y luego está Firefly.
Aprovechando que Netflix vuelve a incluir en su oferta tanto la serie entera como su apoteósico final, Serenity, quiero escribir unas pocas líneas acerca de la que aún considero la cumbre nunca superada de la ciencia ficción televisiva.
Malcolm Reynolds, capitán de la Serenity, rebelde, fugitivo y un tipo bastante decente.
Firefly es una serie absolutamente arrebatadora. Sobre todo, porque nunca pretendió serlo. Se trata de uno de esos raros momentos en que el arte, la suerte la inspiración y el amor por la historia que se narra superaron de lejos a la vertiente industrial. Lo es porque contó con un Joss Whedon inspirado, tanto en la producción como en el guión, la dirección… y, obviamente, la creación. Lo es porque el reparto era sencillamente perfecto, con unos actores que, literalmente, eran sus personajes.
Pero también lo es porque Firefly nunca pretendió ser ciencia ficción: y es que, si nos pusiéramos muy tiquismiquis, podríamos clasificarla de western espacial.
La Serenity, carguero ligero clase Firefly.
También reconozco que me identifico totalmente con Malcolm “Mal” Reynolds, ex combatiente del bando perdedor de una guerra civil de su sistema solar, las Guerras de Unificación, rebelde antisistema que no se conforma con haber perdido frente a una Alianza tecnócrata y fascistoide y se lanza a los mundos fronterizos para proseguir con una vida tan alejada como sea posible de normas, reglas y estados.
La tripulación en la cabina: Wash, Zoe, Jewel, Mal y Simon
Pero ¿qué decir de Inara, de Wash, de River, de Zoe, Jayne, Simon, Jewel, Derrial…? Personajes redondos que poco a poco se nos van revelando conforme sus motivaciones y personalidades cobran más y más dimensiones. Whedon, con la inestimable ayuda de sus actores, los va convirtiendo en personas con las que empatizamos y cuyos triunfos y derrotas sentimos como nuestros. Es este componente emocional el que atrapa al espectador.
Homenaje a Firefly en Community, otra serie de culto.
Podríamos hablar mucho, también, de la tremenda influencia de Firefly en posteriores series de ciencia ficción e incluso en todo tipo de shows televisivos que no han dudado en apelar a su calidad y su condición de serie de culto, incorporándola en chistes y episodios enteros.
Firefly ha sido homenajeada numerosas veces en The Big Bang Theory.
Que nada, que en realidad solo quería revivir un poco los gratos recuerdos que me deparó Firefly y la tristeza infinita que sentí al acabar Serenity, con vosotros. Y deciros que aprovechéis para volver a verlas, que serán minutos muy bien invertidos de vuestro ocio. Y a los que nunca la habéis visto, deciros que os envidio: no hay como ver Firefly “virgen”. Por eso apenas he mencionado nada de la trama: disfrutadla.
Alan Tudyk, Morena Baccarin y Nathan Fillion: esta foto nos hizo soñar a muchos con una reedición de la serie.