
El Camarote de los Crying Grumpies S02E03 – Los villanos más Grumpies de DC




Más de un año después de su lanzamiento me he acabado Batman Arkham Knight. No he tardado tanto por falta de ganas, mas bien por falta de consola. El pasado Abril para mi cumpleaños solventamos ese impedimento y puedo contaros que me ha parecido.
Dentro del divertido marasmo, sobre todo por motivos extra editoriales, en el que Dan DiDidio y Bob Harras han convertido DC Comics de un tiempo a esta parte, no han sido demasiados los autores que puedan haber terminado su periplo en la casa con la satisfacción de haber contado todo lo que se quería (excepto si tu nombre es Geoff Johns, claro). Una de estas raras avis ha sido el guionista Brian Azzarello quien, tras treinta y un números escribiendo Wonder Woman, pudo concluir su periplo con la satisfacción del deber cumplido. Crítica y público se han puesto de acuerdo en ensalzar esta etapa de la Princesa Amazona, una de las mejores series surgidas de los nuevos 52.

En general, temas como la madurez, la relación entre padres e hijos, el miedo al cambio, a la paternidad y a la relación de pareja o el dolor de la pérdida no son demasiado habituales en los comics de superhéroes. Más difícil aún es que el lector llegue a identificarse con los protagonistas de las historias (a no ser que tenga problemas para distinguir realidad y ficción), muchas veces más arquetipos que personas de carne y hueso. Y casi imposible es encontrar todo lo anterior en un comic de los dos grandes. Afortunadamente, éste no es el caso del Starman de James Robinson.