En costas extrañas, de Tim Powers

En Costas Extrañas Tim Powers

Tú, si, tú. Tú, que tanto disfrutaste en su momento con la saga Monkey Island y que luego, años después, te divertiste (un poco, tampoco nos pasemos)  con los histrionismos de Jack Sparrow y sus piratas del caribe, has de saber algo.  Nada de lo que has visto se le ocurrió a Bruckenheimer, qué va. Tampoco a Ron Gilbert (y eso que él sí que tuvo el orgullo de reconocerlo). No, el mérito de meter piratas, vudú y zombies (tanto de los caribeños como de los otros) en la coctelera y agitar a ver qué sale le corresponde a otro, a uno de los más grandes: Tim Powers. Y a una de sus mejores obras (si es que se puede destacar alguna por encima de las demás): En costas extrañas.

Publicada en 1987, la novela nos presenta a John Chandagnac, un joven titiritero que viaja a América en busca de su tío, que les robó a él y a su padre la herencia familiar. En el barco conoce a la hermosa Beth Horwood (¿Elisabeth? ¿De qué me suena a mí eso?) y a su padre, el doctor Horwood, profesor de Oxford embarcado en una búsqueda con motivos poco claros. Lamentablemente, los piratas asaltan el barco y todos son capturados. A partir de aquí, John se une a los piratas, llega a capitán bajo en nombre de Jack Shandy (¡Un momento! ¿Jack?), aparece Barbanegra, los diferentes planes se van desvelando, con la Fuente de la Eterna Juventud como destino final, hay vudú, zombies y piratas zombies y al final el amor triunfa y el final es más o menos feliz, que por algo es una novela de Tim Powers.

Como decía al principio, nos encontramos ante una de las mejores novelas de Tim Powers. Todos sus ingredientes habituales están aquí: rigor histórico, fantasía e imaginación desbocada, personajes perfectamente dibujados y, sobre todo, acción y sorpresas sin freno. La reconstrucción de la vida de los piratas del Caribe en su etapa de ocaso, a principios del siglo XVIII, está perfectamente descrita, lejos de las representaciones hollywoodienses. También los ritos y supersticiones del vudú, sin las truculencias habituales de muñequitos con alfileres. La época elegida por Powers no es inocente, el paralelismo entre el final de la piratería de las Antillas y la desaparición de la magia es evidente.

Tim Powers

Y si bien habría dificultades a la hora de decir si esta es o no la mejor de sus novelas, poca discusión hay en concluir que es el libro más influyente de Powers. Recuerdo la indignación con la que salí del cine en el estreno de la primera de Piratas del Caribe ante el evidentísimo canibalismo argumental, de ambientación y personajes. Y sin que nadie, director, guionistas o actores llegaran a pronunciar el nombre de Tim Powers en ningún momento. Algo debió de moverse, ya que finalmente se hizo justicia -al autor, que no al libro- cuando la cuarta parte de la saga de Jack Sparrow «adaptaba» la novela original.

El gran acierto de Powers es ser capaz de coger la típica novela de piratas de Salgari o Sabatini, teñirla de fantasía y añadirle unos toques malsanos típicos de la narrativa del siglo XX (el plan del doctor Horwood o el personaje de su ayudante, Leo Friend, impensables en las sanotas epopeyas del Corsario Negro, por ejemplo) . Y todo ello pespunteado con la figura histórica de Barbanegra, pasado por el tamiz del vudú. En definitiva, acción, aventuras y considerables dosis de mala leche. ¿Se puede pedir más?

3 comentarios en “En costas extrañas, de Tim Powers

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