¿Os imagináis un mundo en el que la vida real, las redes sociales, los videojuegos y la realidad virtual estuviesen mezclados por completo? ¿Y qué pasaría si algún hacker consiguiese dinamitar todo el sistema y hacerse con el control de miles y miles de cuentas de usuario para su propio beneficio? Pues esa es la premisa de Summer Wars, una película que mezcla todos estos elementos de ciencia ficción con una comedia romántica clásica. Una película ideal para disfrutar este verano, y seguidamente os explico el porqué.

Summer Wars es una película de animación japonesa estrenada en 2009 y dirigida por Mamoru Hosoda, al que podéis conocer por otra maravilla como La chica que saltaba a través del tiempo. El film nos cuenta la historia de Kenji Koise, un joven friki que está absorto en su afición por la informática y las matemáticas y que es invitado, por sorpresa, a pasar parte del verano con Natsuki Shinohara. Natsuki, prometió a su abuela que le presentaría a su novio durante el verano pero esa plaza estaba todavía vacante en su vida, así que decide pedir como favor a Kenji que la acompañe a la casa de su tradicional familia en Nagano fingiendo ser su pareja. A mitad de las peculiares vacaciones de Kenji y Natsuki, el mundo virtual de OZ, donde se mezclan una especie de Second Life, Street Fighter, Facebook, Amazon y todo lo que de internet podáis imaginar, es atacado por un malvado hacker y Kenji, con su habilidad matemática y la ayuda de varios miembros de la familia de Natsuki, deberá liberar el mundo de OZ de esta amenaza que lo asola.

Como veis, Summer Wars no es una película cualquiera, hacía mucho tiempo que no veía un anime tan fresco y sorprendente. Para empezar, el estudio Madhouse es ya un referente de la animación japonesa y un sello de calidad consistente. La animación y el diseño de personajes de toda la película, ya sean virtuales o reales, son sublimes y la banda sonora va como cervecita fresca a mediodía de verano. La historia, que mezcla los elementos más tradicionales de una familia feudal japonesa con los elementos más modernos de la sci-fi, puede a priori darnos la sensación de que no va a encajar de ninguna manera, pero lo hace tan bien como el Martini con las olivas.

Si aún no habéis disfrutado de Summer Wars este es el momento de hacerlo, inmersos en una ola de calor podéis gozar con esta refrescante historia de amor, familia y combates virtuales por doquier.