Kingsman: The secret service. Cuando Wanted encontró a James Bond.

Después de mi post sobre Mark Millar creo que no puedo engañar a nadie: soy un fan incondicional del guionista escocés. La idea de que Millar mezclase el porte y la clase de James Bond, saga de la que también soy fan, con la brutalidad de Wanted o Kick-Ass, hizo que fuese rápidamente a comprar Kingsman: The secret service.


Supe de este nuevo cómic de espías por la aún no estrenada película de Matthew Vaughn. Él y Millar han trabajado juntos en la elaboración del argumento de esta historia. Ambos estaban hablando sobre Casino Royale, mientras colaboraban en la producción de la película de Kick-Ass, cuando se les ocurrió que nadie había hablado nunca de cómo Bond era entrenado para conseguir la licencia para matar y llegaba a ser ese letal Casanova que acabamos viendo en los films. Así pues, decidieron contarnos cómo un joven de barrio humilde llega a ser un súper agente secreto.

Gary, de 17 años, siempre está metido en líos, se dedica a pasar el rato con los amigos drogándose y robando coches. En casa las cosas no van mejor: su familia es pobre, su madre no trabaja y tiene que cuidar del pequeño Ryan, lo que la ha llevado a vivir con un borracho maltratador y a tener que aguantarlo sólo para tener un techo bajo el que dormir. Su tío, Jack London, se marchó del barrio hace muchos años, y sólo saben de él cuando tiene que sacar a Eggsy (así llaman sus amigos a Gary) de la cárcel. Jack trabaja de agente secreto, es el mejor de Inglaterra, y decide proponerle al muchacho que vaya a la escuela de espías para convertirse en un hombre de bien. A partir de entonces nos veremos inmersos en la vida de esta Hogwarts del servicio secreto y veremos como Gary y sus compañeros son adiestrados en el arte del espionaje, mientras su tío Jack intenta resolver los misteriosos secuestros de famosos actores, guionistas, directores y demás iconos de la sub-cultura friki.

Lo primero que hay que decir sobre Kingsman: The secret service es que tiene sello Millar 100%: en sus páginas encontraréis humor negro y violencia a raudales. El guionista escocés también nos deja algunas críticas sociales, como es habitual en sus cómics. Es divertido ver como el autor se autocensura en múltiples ocasiones a través del personaje de Jack London, y utiliza menos tacos de lo habitual que, por otra parte, no era difícil.

Estamos frente a una buena historia de espías, que sabe balancear la modernidad y la brutalidad, plasmada mayormente en las escenas y el carácter de Gary, con el clasismo y la investigación más típicos, presentados desde el punto de vista de Jack London. El cómic tiene una primera escena, al más puro estilo James Bond, con Mark Hamill como protagonista, que marca perfectamente el tono de lo que vamos a leer. El dibujo de Dave Gibbons se adapta a la historia y, pese a que seguro podríais encontrar mejores opciones para el lápiz de estas viñetas, es un buen apoyo para el texto que estamos leyendo.

En conclusión, Kingsman: The secret service, es para mí una historia muy recomendable con un buen dibujo, quizás no es la mejor versión de Millar, pero se acerca bastante. En mi caso, disfruté a la altura del primer Kick-Ass. Si te gustan las películas de Bond y los cómics del guionista escocés, es sin duda de lectura obligada. Además, el 13 de febrero de 2015, Matthew Vaughn estrenará (en USA) el film homónimo, que tiene pinta de taquillazo, después de lo ocurrido con Kick-Ass: La película.


2 comentarios en “Kingsman: The secret service. Cuando Wanted encontró a James Bond.

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