
Todos tenemos un superhéroe favorito, para muchos es el cruzado enmascarado de Gotham, otros se decantan por el canadiense amnésico de la Patrulla X, a otros les apasionan los ideales del superhombre de Krypton o les fascina el trepamuros de la Gran Manzana. Hoy os contaré como el Capi llego a ser mi superhéroe favorito y Brubaker, mi protegido.

Como todo buen adolescente de los 90 fui un gran seguidor de las series mutis donde debido a la sobreexposición Lobezno, dicho personaje fue mi cabeza de cartel. No por mucho tiempo pues en 1997 de la Mano de Joe Kelly y Ed McGuiness conocí a Wade Wilson, aka Deadpool o el mercenario bocazas que me agarro de la sien y me enseño lo que era una buena risa. De ahí saltamos al 2003 y la primera serie que leí donde los tipos en malla pasaban a un segundo plano y los heroes de verdad no eran otros que los policías de Gotham.

Greg Rucka y Ed Brubaker sellaron un pacto con el demonio y parieron una de las mejores colecciones de cómic que he leído, Gotham Central. Fue el momento en que deje de ser un lector de personajes por un lector de autores. Perseguí a ambos autores por todas sus colecciones mainstream, daba igual que fuera Batman que Wonder Woman. Ahí estaba yo al pie del cañón cual drogadicto esperando su dosis y fue cuando mi fijación paso a ser Batman, el señor oscuro. Durante esta etapa ya se intuía que el bueno de Bru iba a ganarse mi corazón, pero Rucka consiguió captar todas mis atenciones en el inicio de mi relación de amor con estos autores.

En el 2005 DC empezó a ser publicado en España de forma seria de la mano de Planeta y dos nuevos enmascarados se auparon a mi Olimpo personal, Flash y Linterna Verde. De la mano que mueve los hilos en DC desde hace unos años Geoff Jhons disfruté como un niño con un palo con este par de enmascarados. Una etapa relativamente continuísta en Flash que se asentó sobre las bases dejadas por Mark Waid (fantástica etapa por cierto) y una que reimaginó por completo la mitología de la franquicia de Linterna Verde y acabo llevando al portador del anillo esmeralda a nuevas cotas de popularidad que desembocaron en una película que no acabo de convencer al público general.

El viaje junto a mis héroes favoritos está a punto de finalizar, en 2004 Brubaker llego a Marvel y firmo un contrato de exclusividad. A lo largo de ocho años transformo al Capitan Amércia, que para mi no era más que una caricatura de los «ideales» americanos, posiblemente por no haberlo leído más que en crossovers, en mi personaje con mallas favorito. A lo largo de su etapa Bru enfrentó al Capi con Cráneo Rojo, su némesis, el Barón Zemo, Hidra e I.M.A todos villanos del pasado, defendió sus ideales americanos en las Civil Wars, se atrevió a abrir las puertas del cielo resucitando a Bucky Barnes, presentando a un grandioso personaje como el Soldado de Invierno; mató al protagonista de la serie y estuvo una buena temporada sin que el héroe de la cabecera apareciera hasta que decidió al mas puro estilo DC que debía pasar el manto a otra persona, incluso le armo no solo con su escudo sino con una pistola. En definitiva la etapa de Brubaker a cargo del Capitán América es posiblemente la mejor etapa del personaje y una de mis sagas favoritas del cómic mainstream americano.

Ahora que el bueno de Bru ya no está tras el abanderado americano sino tras una espía británica en Velvet, prometo un review en cuanto acabe el primer arco argumental, mi atención se centra hacia dos clásicos de Marvel que siempre había menospreciado, el Fantástico Hawkeye de Fraction y Aja o el Daredevil de Mark Waid y Samnee. Cual de los dos se ganará mi corazón…

Y después de pegaros la chapa solo queda saber cuáles son vuestros enmascarados favoritos y cuáles son las razones para que así sea, no dudéis en contárnoslo un poco más abajo.
The Swamp Thing. Lo sé, soy un romántico. Pero es grandioso y trágico y filosófico y feo, y esas cosas me vuelven loco…
No he leído la etapa de Moore pero si la que está en las estanterias a día de hoy, cuando me haya vaciado de lecturas me haré con esa etapa y estoy seguro que disfrutaré como un enano.
Sin lugar a dudas… Superlopez es el mejor.
La de Moore es BRUTAL. Y la primera (Wein y Wrightson), mítica. Y si puedes echarle el guante a la primera aparición (es una historia cerrada, en la época victoriana) vale muchísimo la pena.
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