Un virus informático que es capaz de reescribir el ADN humano, un hacker que trabaja como repartidor de pizza, una sociedad anarcocapitalista donde la Mafia Italiana es una franquicia respetada y los estados simplemente algo nominal, antiguos dioses sumerios y un villano motorista que lleva una bomba atómica a modo de seguro de vida en su sidecar. Todo eso y mucho más es el cóctel que Neal Stephenson propuso en su tercera novela, Snow Crash.
Neal Stephenson nació en 1959 en Maryland estudió en la universidad de Boston especializándose en física y geografía. Aunque fue en 1984 cuando publicó su primera novela La Gran U no fue hasta 1992 con la publicación de Snow Crash que alcanzó el éxito y supuso una renovación del género cyberpunk. Desde entonces ha publicado 9 novelas más como La era del Diamante, Criptonomicón o El ciclo Barroco y ha ganado en varias ocasiones el premio Locus y el Hugo. Stephenson en sus libros rompe con los esquemas clásicos del género establecidos por autores como William Gibson y su Neuromante. El genero Cyberpunk se caracteriza por una visión distópica del futuro con elementos propios de la novela negra donde el mundo está dominado por siniestras corporaciones que controlan a los estados. Además la tecnología suele ser un elemento alienador de la sociedad y que sirve para controlar a los individuos muy en la linea del 1984 de George Orwell y muy lejos de otros futuros como los de Asimov. Los personajes del son seres marginados, alejados, solitarios, que viven al margen de la sociedad.
Stephenson lo que hará es dar una patada a esas ideas clásicas y con Snow Crash nacerá el Postcyberpunk que aunque comparte muchas características del ciberpunk, tiene bastantes elementos que que le diferencian. Uno de los pilares fundamentales de esa diferencia es el uso de la tecnología y como esta afecta a la sociedad, la tecnología ya no es tu enemiga ni es algo de lo que asustarse pues no es un elemento alienador como antes, quizás a causa de que los autores ya se han criado con esa tecnología ahora la tecnología es sociedad. Otro cambio será la figura del «héroe» en los libros pues ya no viven al margen de la sociedad, es posible que sean marginales pero viven en un mundo que les importa. Las corporaciones, el intento de control de la sociedad de la sociedad y del individuo, la tecnología que lo inunda todo… todo eso sigue estando en las novelas pero a la vez todo es más humano. Y en Snow Crash todo esto aparece reflejado ademas rehogado con grandes dosis de humor como si Stephenson quisiera romper con todo el exceso de seriedad anterior ya que ¿hay algo más humanizador que el sentido del humor?
Snow Crash se situa en un futuro relativamente próximo en la ciudad de Los Angeles pero estos ya no forman parte de los Estados Unidos pues siguiendo la más pura tradición Ciberpunk ahora son las corporaciones las que se reparten el pais por medio de franquicias que actuan como pequeños estados donde imponen su propia ley como El Hong Kong de Mr Lee, Nueva Sudáfrica, Narcolombia o La Mafia con su negocio de Pizzas Cosa Nostra y su Universidad de Pizzas Cosa Nostra. Además las funciones del estado también han sido usurpadas por elementos como La Jaula, servicios de encarcelamiento y retención de primera, MetaPol Unlimited una fuerza de seguridad o El Sistema Judicial del Juez Bob si en algún momento tienes un problema legal. Como se puede ver, todo según los cánones del genero pero de una forma más gamberra. Pero este escenario no estaría completo sin su contrapartida virtual, en este caso el Metaverso donde al más puro estilo de los juegos MMORPG o Second Life sirve de refugio para la gente como el último reducto de libertad y donde la gente puede desarrollarse y vivir con tranquilidad. Gente que vive en un contenedor puede tener una casa en el Metaverso cuando se conecta a su Avatar.
Y si este es el escenario, ¿Quienes son los actores? En primer lugar tenemos a Hiro Protagonist que por si su nombre no es bastante explicito es nuestro «héroe protagonista» y según su propia tarjeta de visita es el último de los hackers independientes, el mejor espadachín del mundo, cazadatos y especialista en intel sobre software. Pero como el ser un hacker independiente no da de comer también ha de trabajar repartiendo pizzas para Cosa Nostra, pero no seas simple y veas en el un simple «repartidor». En este mundo los repartidores son un cuerpo de élite, con un uniforme negro antibalas, armado en el caso de Hiro con un par de katanas porque sabe que si no entrega a tiempo desde el cuartel general de Pizzas Cosa Nostra enviarán al Tío Enzo a arreglar el problema. La chica protagonista es T. A. (Tuya Afectísima) una adolescente que trabaja como Korreo enganchando su arpón a los vehiculos y viaja sobre su monopatín como si fuera un esquiador acuático y que ayudará a Hiro en su aventura. Y como toda aventura hace falta un «villano» a la altura El Cuervo un mastodonte aleutiano, supermatón y traficante de drogas. Experto en el manejo de cuchillos y arpones hechos de cristal y que se traslada por todo el mundo a bordo de una Harley Davidson muy especial.
Todos estos elementos se mezclaran cuando nuestro protagonista conozca en una de sus visitas al Metaverso una nueva droga, la Snow Crash que parece actuar como un virus informático pero a la vez también es capaz de afectar al cerebro real… a partir de aquí comienza una búsqueda de la cura para un virus que se lleva transmitiendo desde el antiguo mundo sumerio y la ciudad de Babilonia. Y todo esto lo hace a un ritmo vertiginoso y lo que podía ser la típica obra ciberpunk se transforma en algo más vertiginoso, violento y consigue arrancar una sonrisa dando lugar a algo nuevo dentro del género.
Tal vez no te guste mi opinión pero estoy seguro de que entenderás a razones.
Uno de los efectos más extraños de Snow Crash es la simplicidad en las emociones de sus personajes. T.A. piensa constantemente en su madre y no deja de sentir miedo en muchas ocasiones. Tío Enzo es un señor muy conservador católico y paternalista, que no quiere que sus empleados tengan familias estables y felices. Hiro quiere salvar al mundo pero no deja sus responsabilidades laborales, (y está enamorado de su patrona).
Cada uno de los personajes hace hazañas dignas de un superhéroe, pero siguen teniendo las mismas preocupaciones y problemas que una persona normal.
Y eso me encanta.
Muchas gracias por compartir tu opinión. Desde luego lo que señalas es uno de los aspectos que hizo evolucionar el género, los personajes ahora son más humanos, no parecen todos sacados de una película de cine negro. Y eso lo hace de una forma muy simple Stephenson con un par de detalles de su personalidad y una presentación de personajes genial.
Y mucho humor
La novela es puro rock and roll, entretenimiento desenfrenado pero muy bien construido y documentado (solo la parte «lingüística» y mitológica de la trama ya la ponen en el top5 del geekismo de todos los tiempos). Lástima que Stephenson esté atrapado actualmente en las garras de ese peligroso virus del escritor, la paginitis. Agotador como pocos. debería volver a sus orígenes.