Es extraño que mientras algunas lecturas mueren aparcadas en un rincón sin que nunca las llegue a acabar, hay otras que te enganchan, que te capturan y conectan contigo de tal forma que se hace imposible que las deje hasta que no he quemado todas sus paginas. Son esas lecturas que te hacen disfrutar de tal forma que según pasas las páginas sientes la angustia de saber que cada vez estás más cerca de su final. Uno de los últimos libros que me ha enganchado de esta forma ha sido Ready Player One de Ernest Cline, una novela de ciencia ficción ambientada en un cercano futuro distópico publicada en 2011 y que se transforma en una aventura en la que se mezclan todos los elementos que han hecho grande a la cultura popular que se gestó durante la década de los 80.

Ready Player One es la primera novela de Ernest Cline (1972) nacido en EEUU y que se define como guionista, novelista y viajero en el tiempo (como no podría ser de otra forma tiene un Delorean) y es un adicto a los videojuegos, la fantasía, la ciencia ficción, la tecnología y todo el cine de los 80. Un autentico geek y que ya hizo toda una declaración de intenciones sobre su forma de ver el mundo cuando escribió el guión de la película Fanboys en la que un grupo de Frikis, pero no de esos con glamour como los de Big Bang Theory, emprenden un viaje al rancho Skywalker con el objetivo de robar una copia de La Amenaza Fantasma. Puede que este sea el secreto de porque a alguien como yo le engancha esta obra, yo podría ser Cline y cuando escribe siento que habla en un idioma y respecto a un universo que comparto. Como dijo Patrick Rothfuss, autor de la Crónica del asesino de reyes, «me cuesta mucho ser objetivo con un libro que parece haber sido escrito para mi».

La historia nos traslada al año 2044 y el mundo se ha ido a la mierda. La superpoblación, la falta de recursos, la crisis energética, la pobreza y el desempleo hacen que la mayoría de gente simplemente trate de sobrevivir. En este ambiente de presión la gente se refugia en Oasis, un mundo virtual de acceso gratuito que es una evolución de internet y que ofrece una vía de escape a la realidad. Dentro de este mundo cualquier universo imaginable es posible, lugares donde solo existe la tecnología o la magia, campos de batalla donde los jugadores combaten entre sí eternamente, planetas ambientados en el Señor de los Anillos, Star Wars, los Power Rangers o World of Warcraft… cualquier cosa que haya imaginado la «subcultura» tiene su reflejo en el mundo de Oasis. Pero este mundo virtual ha llegado a ser tan extenso que el mundo de los negocios, la educación o las relaciones sociales se han mezclado de tal forma que el mundo de Oasis es un auténtico mundo paralelo donde la gente se sumerge con trajes completos de inmersión y vive sus autenticas vidas.

El creador de todo esto fue James Halliday una especie de Steve Jobs que amasó una incalculable fortuna con su compañía y que a su muerte decidió regalar al mundo un enigma. Ocultó dentro de Oasis se esconderá un huevo de Pascua y aquel que sea capaz de desentrañar los enigmas y descubrir el tesoro heredará toda la fortuna de Halliday y será el dueño de Oasis. Y es aquí donde todo el frikismo de Cline entrará en juego, Halliday durante su juventud fue un niño inadaptado de los años 80 apasionado por series, videojuegos, comics, rol, cine… y todo ello se encontrará reflejado en el mundo de Oasis y en un libro el Almanaque de Anorak, donde escondido en su interior, estarán las pistas que llevarán al descubrimiento del tesoro. Todo el mundo iniciará una búsqueda del Grial y pronto aparecerán dos bandos irreconciliables que se enfrentarán entre sí, los Gunters, buscadores que de forma individual o en clanes buscan el tesoro, y los Sixers, empleados de una megacorporación cuyo objetivo es hacerse dueños de Oasis y privarla de su libertad.

Nuestro protagonista será Wade Watts, un chico que vive en una zona pobre de los EEUU, en lo que antes era un parking de caravanas. Con una tía como única familia a la que no le importa nada y solo le interesa por los vales de comida que puede conseguir gracias a él. En el momento de la novela han pasado años de la muerte de Halliday y nadie ha sido capaz de resolver el primer rompecabezas del enigma. Wade será uno de esos chicos que vivirá gracias al escape que le ofrece Oasis y aunque no ha sido capaz de salir del planeta Ludus, el lugar donde se ofrece una educación virtual, y su única forma de entrar en Oasis será la triste consola que tiene para estudiar, decidirá enfrascarse en esta búsqueda del tesoro. A partir de este momento se verá envuelto en una auténtica aventura y un viaje de descubrimiento.

En este libro no te encontrarás con tramas muy profundas o con personajes excesivamente trabajados, no es un mundo donde haya grises en cuanto a los protagonistas y tampoco es una obra maestra de la ciencia ficción o el ciberpunk. En realidad como seguro que habréis podido deducir, es una historia que seguro que habéis leído decenas de veces, pero a pesar de todo Ernest Cline es capaz de hacer que la novela funcione, te enganche y te divierta. Si te dejas arrastrar por esa subcultura de los 80, cierras los ojos y haces una cierta suspensión de la incredulidad te encontrarás delante de una novela de aventuras de la vieja escuela en la que al autor no le hacen falta grandes filigranas para cumplir su objetivo esencial que es que la obra sea divertida. Me hace sentir como cada vez que veo los Goonies, una de mis pelis favoritas, es como un soplo de aire fresco sin pretensiones. No todas las películas han de ser El Padrino para que la disfrutes. Si te acercas a ellas sin prejuicios descubrirás que cuando te des cuenta la novela te habrá enganchado y que su autor habrá sido capaz de abrirse un hueco dentro de tu universo literario.