Cuando llega el verano nos invade un sentimiento de orfandad; nos han abandonado los Lanister, los Stark, Frank & Claire Underwood y hasta la mismísima Alicia Florrick ha dejado de ser la buena esposa… Sí, desgraciadamente nos toca esperar un año o más para una nueva temporada de Juego de Tronos, House of Cards y ¡malas noticias! ya no habrá más Good Wife… ¿Y ahora, qué? Necesitamos un rápido sustitutivo para las calurosas noches estivales… Algo que nos entretenga, de calidad y que podamos ver de una tirada cuando los peques de la casa duermen o no tan peques…

Os traigo una propuesta que cumple estos requisitos: Stranger Things, lo nuevo de Netflix, creada por los hermanos Duffer, que he videado -permitirme aquí una oda al ‘VHS’, un formato de vídeo a punto de extinguirse- con voracidad en un par de días. Una propuesta que hará las delicias de los/las que vivimos los años ochenta cogiendo en el videoclub La Cosa de John Carpenter, Alien, Poltergeist, las pelis de Star Wars… alucinando con los Goonies, leyendo relatos de Stephen King, disfrutando una y otra vez de la trilogía de El Señor de los Anillos o jugando al Hero Quest. Stranger Things tiene todo a favor para fliparnos -sobre todo a los que fuimos niños en los 80′- y poco en contra (quizás una anunciada segunda temporada que pueda ser fallida o que esta primera entrega sólo ofrezca 8 episodios, saben a poco, aunque lo bueno si breve…).

Aunque historia no es nueva: niño que desaparece en extrañas circunstancias en un pueblo llamado Hawkings (homenaje al astrofísico y cosmólogo, y no sólo por el nombre del pueblo, también por las singularidades espacio-temporales que plantea la serie y sus «agujeros de gusano»); madre (Winona Ryder) que hace lo imposible por localizarlo; un ser extraño que aparece y desaparece (continuos deja-vu de Alien) y una niña que surge de la nada con superpoderes psicotelequinéticos -referencias explícitas al cómic X-Men y guiños a los fans de ET y de Expediente X (ese empeño del gobierno de «tapar el origen de todo» y de hacer callar para siempre a aquellos mortales que se acercan a «la verdad está ahí fuera«).

Hasta aquí no aporta grandes novedades, pero quizás esas referencias y homjes constantes que buscan nuestra complicidad son lo que nos atrapa de esta serie, lo que nos van enganchando hasta que no podemos parar de videar un episodio tras otro. Otra de sus bondades, Winona Ryder, aunque aquí discrepen algunos grumpies (Darth, Surfer y Agent Grumpies). Sí, una rescatada actriz y acierto es Winona Ryder, como madre de niño desaparecido que nos hace preguntarnos por qué el cine o la TV no aprovecha más a este portento; o un Mathew Modine entrado en años que nos recuerda a un agente Mulder pero en versión pueblerina. Hay más apariciones estelares que no os desvelaré… Y atentos/as a un nombre, Millie Bobby Brown, esta niña dará mucho que hablar en los próximos años, seguro. Una interpretación espectacular para una niña dé sólo 12 años. Pues eso, hacerme el favor de no perderos Stranger Things y luego me decís qué os ha parecido… Seguro que os entran ganas de rescatar del polvo vuestros VHS favoritos. Advertidos estáis. Y para abrir boca, uno de sus trailers. Cierren las luces y a disfrutar.

Esta entrada es una entrada invitada escrita por  Star Grumpy.