
Series frikis para 2014: Pilotos


Chef Grumpie aquí presente nunca ha sido un gran fan de Star Wars. Quizás la primera vez en que soy consciente de haberlas visto fue en su primera remasterización y en esa época ya había caído en las garras de la fantasía heroica gracias a los trabajos de Tolkien, Louise Cooper o Ursula K. LeGuin. Pero hace unos años algo en mi hizo el Click…


No todos los géneros literarios pueden presumir de tener una fecha oficial de nacimiento. La ciencia ficción puede. Sólo que esa fecha, y la historia en que se enmarca, están envueltos en una nube de leyenda y mito tan interesantes como el propio género que engendró.



Los seres humanos hemos creado aparatos diversos para un mismo fin, viajar, en función del medio. Por aire, ultraligeros, aviones con y sin motor, autogiros, helicópteros… por tierra, desde carruajes de caballos hasta las más atrevidas motos japonesas, pasando por cientos de diseños de coches de todo tipo. Incluso para el espacio nos hemos dotado de diferentes ingenios, desde cápsulas a transbordadores reutilizables y estaciones espaciales. Por mar, sin embargo, no hemos sido tan creativos, y los diseños de las embarcaciones fueron prácticamente los mismos, ahora con vela, ahora con motores de diversa índole, hasta aproximadamente mediados del siglo XIX.


Dejadme que sea parcial en este artículo: el mundo necesita más hombres y mujeres como Nikola Tesla. Genios más allá, posiblemente, de la comprensión de sus semejantes. Personas que propulsen el mundo a nuevas épocas gradualmente menos oscuras. Personas capaces de cambiar el paradigma político del mundo no gracias a expansiones imperiales ni a políticas de exterminio, sino al avance tecnológico y científico.
